Los primeros ruiseñores comunes llegados de tierras africanas, lo hacían allá por el mes de marzo. Sus cantos se han dejado oir durante toda la primavera y parte del verano, ahora se vuelven más silenciosos. Pronto emprenderán el viaje de regreso hacia el continente africano, pero mientras se alimentan y se bañan en los puntos donde aún queda algo de agua, este ejemplar acude al bebedero del olivar.
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