Mi primera mañana en busca del
mirlo acuático, fue provechosa; la tarde anterior había visitado la zona, en
Garganta la Olla,
Cáceres. Y como siempre, allí estaban los mirlitos, como los llaman los
paisanos por esta zona. Como son gargantas que atraen a muchos visitantes,
buscando el baño en las cristalinas aguas de estos ríos, estas aves se adaptan
bien al horario de visitas de los bañistas. En las primeras horas de la mañana,
cuando aún no apetece bañarse en las frías aguas, los mirlos acuáticos, aprovechan
la tranquilidad del lugar para aproximarse hasta el puentecillo que une la carretera
de una población con otra. Allí se zambullen una y otra vez y corretean por las
orillas entre los cantos rodados y las grandes rocas del lecho del río. Algunos
ejemplares muestran su plumaje de muda, otros, aún lucen sus plumajes enteros,
y otros, son jóvenes.
Se alimentan de insectos acuáticos; he
observado cómo sacan las larvas de frigáneas de sus protecciones pétreas; las
golpean contra la roca hasta que consiguen el botín.
A veces cuando me internaba por
el río, se mostraban muy confiados ante mi presencia; especialmente a primeras
horas de la mañana y a la caída de la tarde.
El único inconveniente de las
fotos es que la luz es escasa y el teleobjetivo tiene poca luminosidad, así que
tenía que trabajar con el ISO al máximo y con velocidades muy bajas. La mayoría
de las fotos al final, son de mala calidad, y las que observáis aquí, tienen
mucho ruido y algo de desenfoque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario