Desde hacía ya varios meses, tenía en mente preparar el terreno para una sesión de fotos con los zampullines; para ello había realizado diferentes visitas a otras tantas charcas en Fregenal de la Sierra, con la intención de buscar la que me brindase mejores oportunidas. Tras largas observaciones, me decidí por una que estaba ocupada por dos machos y una hembra, además las caracteristicas de la charca en cuestión me eran muy favorables, pues la vegetación de la orilla me permitiría camuflarme perfectamente sin la necesidad de cargar con el aguardo, ahora lo llaman hide, así que una mañana me presenté en la zona y en menos de cinco minutos monté algo muy parecido a un aguardo, con ramaje seco que unos días antes había recopilado por los alrededores. Al llegar solo puse mi tela de camuflaje sobre los palitroques secos y a los diez minutos de estar sentado en el interior ya estaban los zampullines a la vista, lejos de mi objetivo, pero a la vista y eso era buena señal. Durante unas tres horas las aves nadaban y se zambullían en el agua con toda confianza y como quiera que ya es época de celo, se pasaron la mañana los machos emitiendo sus reclamos, muy parecidos al relincho del caballo, o al menos a mi me lo parece. Los machos también perseguían a la hembra correteando por la superficie del agua.
A la cuarta hora de estar en el aguardo y después de haber observado todo este proceso una y otra vez, después de que un zorro se paseara por la orilla contraria huesmeando entre la vegetación, después de que un elanio azul expulsara de su territorio a un milano negro, depués de que un ratonero planease a poco altura sobre la charca y de me viera rodeado por una piara de vacas curiosas de grandes cuernos a pocos metros de mi, después de todo ésto, un zampullín me deleitó con varias pasadas a menos de cinco metros del objetivo de mi cámara, para mi gran satisfacción y para mostraros aquí esta fotos. Que las disfrutéis.
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