Sin duda alguna entre las ranas más “simpáticas” en
cuanto a su aspecto se refiere, se encuentran las ranas llamadas de San Antonio
o de San Antón. Dos especies están
presentes en nuestra herpetofauna, muy parecidas, pero diferentes: La Ranita de San Antonio, de
nombre científico Hyla arborea y la
Ranita meridional, Hyla meridonalis. Esta última es la que
aparece en las fotos de este blog. Se trata de ranas pequeñas, que no superan
los cinco centímetros. Su piel es lisa, las patas largas y en las puntas de los
dedos poseen ventosas adhesivas discoidales que le facilitan sus costumbres
trepadoras. He podido observar en alguna ocasión ejemplares que se encontraban
a diez metros de altura, entre las anfractuosidades de las palmeras.
Los
ejemplares que he observado en los
últimos treinta años, son de color verde claro, pero se pueden dar casos de
individuos amarillentos o parduzcos con manchitas oscuras.
Siempre se observan fuera del agua, trepando por las
plantas en las orillas de las zonas húmedas en las que vive.
La rana meridional al igual que la rana de San Antón, son especies trepadoras.
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