La fotografía que aparece más arriba, de una cigüeña negra pescando, no es de buena calidad, pero esta jornada de sábado si ha sido para mi, una jornada de mucha calidad.En los charcones del río Ardila que aún quedan con agua, se concentran cigüeñas negras, garza real, garceta común, garcilla bueyera, ánade real, gallineta de agua, andarrío, lavandera y un largo etc. Esta mañana de sábado al llegar al lugar, aún de noche y antes de poder camuflarme en la orilla, una nutria juguetea a pocos metros del lugar en el que me he quedado paralizado al verla tan cerca, aquí bajo la ténue luz de una luna ya menguando y en lo alto del cielo, se zambullle una y otra vez, me mira tranquilamente y de manera sosegada se marcha aguas arriba.
Ligeramente el sol comienza a despuntar a mi espalda, los campanillos de las vacas que pastan en estas orillas ponen una nota musical en el ambiente mañanero, el martín pescador pasa una y otra vez aguas arriba, aguas abajo; ya se posa en las adelfas o en las ramas colgantes de algún fresno y se lanza empicado al agua para atrapar a sus presas.Dos garzas reales se enzarzan en disputas, que van acompañadas de picotazos, aleteos y esos graznidos tan carácteristicos que emiten estas zancudas. Otras dos gallinetas salen tímidamente de la maraña de plantas, y una de ellas cruza frente a mi. Y ahora tres cigüeñas negras aparecen a mi derecha, volando bajo para posarse a unos cien metros de donde yo me encuentro, muy lejos de mi cámara y allí permanecen pescando.Pero sin acercarse por mi puesto de observación.Las vacas se acercan a refrescar,las cigüeñas se marchan y yo con el sol calentando mi cabeza, tomo la misma decisión de las cigüeñas negras.
Todos los años visito este río y el Pedruégano por estas fechas. Las cigüeñas acuden con frecuencia a los charcones, pero como ya observaste se van muy temprano, supongo que a descansar a la cola del Valuengo.
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