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domingo, 17 de enero de 2016

LA MINA DE SANTA JUSTA. Río Ardila. Jerez de los Caballeros.

 Vista del embalse de Valuengo, desde lo alto de la mina de Santa Justa, con las casas del poblado minero en primer plano.



La margen derecha del embalse de Valuengo, se encuentra poblada de eucaliptos, estas plantaciones de árboles alóctonos tuvieron lugar después de construido el embalse en el año 1959 del pasado siglo. Una vez pasado este bosque foráneo, llegamos a una zona más abierta poblada de retamas. Miramos hacia el noreste y allí se vislumbran diferentes construcciones, algunas aun en pie y otras en ruinas, comidas por la vegetación: acebuches, retamas, zarzas, chaparras y una mezcolanza de plantas mediterráneas que se van adueñando de un terreno que el progreso les arrebato hace ahora algo más de un siglo. Estamos en el corazón de las antiguas minas de Santa Justa; aquí el taller y fragua, las oficinas o las letrinas donde los obreros hacían sus necesidades más perentorias son testigos mudos del paso del tiempo. No faltaban en este complejo minero, las escuelas que aún se mantienen en pie y que ahora sirven como casa de campo para mantener ganado vacuno y ovino principalmente; las casas de los trabajadores y la cantina también siguen ahí.
 La mina era a cielo abierto y aun se ven esas cicatrices en la tierra de donde se extraía el mineral de hierro. El horno para tostar las menas emborrascadas de piritas, se construyó en el año 1908 por la compañía The Ardila Iron Ore Co. Esta sociedad de explotación minera era propiedad de Joseph Massenaz, de Wiesbaden y de Carlos Doetsch de Huelva. Estos formaron esta compañía minera en Londres, junto al Dr. Otto Massenez, R. Brunk y otros accionistas con un capital de 120.000 libras esterlinas en acciones de 5 libras. La dirección de la mina corría a cargo de Federico Staaden. Estos también explotaban la mina de San Guillermo a unos dos kilómetros de esta, o la Mina de la Bilbaína entre otras. El horno de tostación de mineral del que se hace mención más arriba, dejó de funcionar seis años más tarde, en  1914, cuando la veta del mineral se empobreció y dejo de ser rentable.
El mineral que salía de aquí (Piritas y Magnetita) era trasportado mediante un tranvía aéreo hasta la mina de San Guillermo y desde allí hasta la estación del ferrocarril de Fregenal de la Sierra. Este cable de unos 16 kilómetros de longitud fue construido por la casa Pohlin de Colonia (Alemania). Y aun se pueden observar restos de los pilares de sujeción de estos cables aéreos, tanto en las cercanías del embalse como en algunos puntos de Fregenal de la Sierra. En aquellos tiempos estas infraestructuras debieron de ser algo muy llamativo para la población.
Y aquí estoy yo ahora en este mes de enero del 2016, 108 años después de todo lo acontecido en esta mina, viendo como la bajada del embalse me deja acercarme al pie del muelle de carga y a los restos de la base del tranvía aéreo que tantas toneladas de material sacó de estas tierras. El embalse se encuentra ahora mismo al 60% de su capacidad, en la misma fecha del año pasado de 2015 estaba al 100%, Así que la retirada de las aguas deja ver los restos de las infraestructuras mineras y los de otras construcciones posiblemente anteriores, cuando los hombres y mujeres vivían a la orilla del río Ardila.




 Detalle de un tramo de la zona de corte de la mina.

 Torre del horno de tostación del mineral.

 Vista del embalse desde el interior del horno.

 Interior del horno fabricado con ladrillos refractarios.

 Muelle de carga. Se aprecia la linea que queda cubierta por las aguas, cuando el embalse se encuentra al cien por cien de capacidad. Ahora esta al sesenta por ciento. Enero 2016.

 Vista del muelle de carga, torre del horno y otros restos anteriores a la mina y al embalse.

Restos de uno de los pilares de sujeción del cable del tranvía aéreo de trasporte de mineral.